Sentado al borde del podio, mientras esperaba su turno para el reportaje televisivo de la transmisión en vivo de la carrera, y previo a mostrarse ante su “pueblo”, Pablo Ortega era algo así como un guerrero en reposo luego de una intensa lucha, el orgullo recorriendo cada parte de su cuerpo. De una manera similar se dejaban ver Martín Rodríguez y Maximiliano Bestani, los otros dos tucumanos que ofrecieron armas y salieron indemnes de una de esas típicas batallas que suele ofrecer el Turismo Nacional en su Clase 2.
Toda historia de luces tiene, generalmente, su parte gris. Ayer, en el autódromo de Las Termas, ese matiz se hizo carne en Lucas Mohamed, Matías Rodríguez y Mauro Marino. Los dos primeros no pudieron sobrevivir a los ataques y se quedaron sin municiones; el tercero ni siquiera pudo salir del cuartel para ofrecer pelea (sus historias, en notas aparte).
“Pabloso” a fondo
Ortega, en la primera visita del TN en 2015 al trazado santiagueño (que se concretó en marzo), dio un salto de calidad a su campaña al terminar 2°. Ayer, con el mismo Renault Clio pero ahora con nuevo diseño exterior, repitió la posición, pero esta vez todo fue distinto para él. Sus palabras lo confirman. “En marzo me fui con un sabor agridulce, porque largué primero y no pude ganar. Pero esta vez las cosas fueron distintas, según lo sentí, más entretenidas y con la adrenalina a tope.” ¿Por qué? El piloto de barrio Norte salió desde el segundo cajón de la grilla, detrás del santiagueño-santafesino Amadís Farina (Renault Clio). Así llegaron a la meta, pero en las 16 vueltas de la carrera, entre los dos dieron un espectáculo con momentos de alto voltaje.
“Él estaba muy firme con su auto y yo intentaba en todo momento superarlo. A veces me puse en su succión, por momentos él se alejaba un poco. Y llegó la vuelta 12, cuando vi que su auto se desacomodó, y yo sentí que era mi oportunidad. Me tiré a pasarlo, él se sorprendió un poco, pero no aflojó y entonces me quedé sin pista. Mi coche se fue del asfalto, viajé un rato por el pasto, por suerte no se desestabilizó ni tampoco la acción permitió que quien venía tercero, Gabriel Fernández, se acerque”, contó Pablo sobre el mano a mano.
Farina, que sumó su primera victoria en 21 carreras en la C-2, registró un tiempo de 31’56” 981/1000. Ortega llegó a 201/1000 de él, mientras que Fernández (nuevo líder del certamen), arribó a 898/1000.
Un “Topo” feroz
Apenas dejó su Clio en el parque cerrado, a Martín Rodríguez le empezaron a caer las fichas por lo que había logrado: la mejor actuación suya histórica en la categoría: finalizó 7°, a 3”660/1000 de Farina. Inmediatamente recibió saludos de los miembros de sus equipo (el Dellasantina Motorsport), abrazos de sus seres queridos y con ello llegó la emoción, que lo atrapó por completo...
“Con mi hermano, Matías, llegamos a esta carrera con el plan de correr juntos y quizás hacer una pausa, por cuestiones presupuestarias. Pero con este resultado se pueden abrir algunas puertas. Ojalá podamos seguir. Siempre me faltó un poco de suerte en las carreras que disputé en la categoría, y esta vez apareció en la competencia en que más quería que ocurriera: tenía un gran auto y el motor estuvo bárbaro. Mi carrera fue tranquila, saqué una buena luz a mis perseguidores y el ritmo lo mantuve siempre” señaló “El Topo” con firmeza.
El Clio fue un “violín” para Rodríguez, que también estuvo a la altura de las circunstancias: no era costumbre para él luchar por puestos de punta, y esta vez que lo tocó hacerlo, no desentonó.
“Mocho” satisfecho
Había que verle la cara a Bestani el sábado, después de irse para atrás en la clasificación con respecto al viernes. El cambio de condiciones en la pista le pasó factura y lo puso contra la pared en cuenta a sus posibilidades. Pero “El Mocho” ni siquiera imaginaba que su domingo iba a ser agradable.
Con su 14° lugar, logró sumar puntos y, además, se confirmó como un piloto que aspira a más en una categoría por demás pareja. “Cuando me di cuenta que tenía un muy buen auto para la final, me calmé. En el medio empecé a quedarme sin tracción en el Clio y tuve que ingeniármelas para seguir. El ingreso del auto de seguridad me dio una mano, porque el coche se enfrió y volvió a rendir. Se dio algo que quería: sumar y terminar dentro de los mejores 15 ubicados. La verdad no me puedo quejar” señaló conforme.
El público dio su apoyo
Unas 12.000 personas se acercaron ayer al autódromo de Las Termas para ver las finales del Turismo Nacional. Hubo tribunas más pobladas que otras y un intenso movimiento en la zona de boxes (foto). También se destacó la concurrencia de chicos a la jornada especial por el Día del Niño que se organizó en el playón.
Tuero, el mejor de la Clase 3
Esteban Tuero, con un Ford Focus, ganó la final de la mayor de las clases del TN. Registró un tiempo de 37’06”961/1000 y dejó 2° a Fabián Yannantuoni (Peugeot 308) a 494/1000 y 3° a Julián Santero (Peugeot 308) a 928/1000. El cordobés Facundo Chapur (Peugeot 308), que terminó 4°, se consolidó como líder del certamen.
Tribunas con bandera
En el sector de la última curva estuvieron las tribunas generales de Lucas Mohamed y Pablo Ortega. Ambas tuvieron mucho público. Según las circunstancias de carreras, hubo aplausos y júbilo ante las maniobras de ambos pilotos, grandes protagonistas de la C-2.
Podio y gaseosas
Las emociones del podio en ambas categorías se “regaron” con gaseosa, toda vez que la categoría decidió incluir esta variante a la tradicional champaña, en consonancia con una campaña de no beber alcohol si se va a conducir un vehículo.
Torneo en la C-2
Gabriel Fernández lidera con 173 puntos y lo sigue Nicolás Posco, con 167. Pablo Ortega está 6° con 124; Lucas Mohamed 7° (104); “Maxi” Bestani 22° (41); Martín Rodríguez 29° (18) y Matías Rodríguez 32° (15).